martes, 25 de enero de 2011

Charlas con las musas: sobre la fotografia

-Tal cosa no existe- le dije a aquella mujer que, parada frente mi puerte sostenia un tripie. El tripie sostenia un daguerrotipo, de esas antiguas cámaras que ya no sabes ni como son en foto. Tenia una vestimenta peculiar, una bata blanca que le llegaba hasta los tobillos y una corona hecha de laurel, al parecer aun fresco, porque hasta mi nariz llegaba esa agradable fragancia. Sus cabellos eran como caoba, y sus ojos, enormes zafiros recien pulidos. Yo estaba sentado al frente de mi computadora, casi inmovil; salvo ese tic que tengo de mover el pie con rapidez cuando siento cierta ansiedad ante algo.
-Y explicame, MUSA, ¿Porqué no apareces en la mitología?-
-La verdadera razón, es porque no es mitología, es la verdad, lo que esta escrito son solo fracciones de lo que ha ocurrido en la historia-
-Pero, ¿Musa de la fotografía? ¡Eso es una burla ante los griegos!- exclamé -Además, ¿Cómo entraste a mi casa?-
-El que no tiene cuerpo, no tiene obstáculos ante el espacio- me respondió con un tono tranquilo.
-Vaya que eres rara- le dije.
-Los dioses también se aburren- me dijo -No veo porque no es lágico que hayan creado nuevas deidades para deleitarse un poco. Los superiores son crueles, y por ello, te han elegido a ti. Ellos creen que con mi ayuda, crearás las imágenes mas hermosas jamás tomadas por una cámara-
-En verdad que tienes imaginación- Le dije con disgusto. -Y los "dioses" ¿Cómo me han elegido si ni siquiera se tomar fotografías? Yo no tengo nada en especial, soy otro entre la gente.-
-Claro que no, tu has nacido con el don... eso si- prosiguió ella -Obviamente, tienes que tomar clases- y se rió.

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